El bombardeo de noticias negativas, falsificadas, distorcionadas y manipuladas sobre Venezuela en los medios estadounidenses ha incrementado en volumen e intensidad durante los últimos días. Venezuela sufre de éste fenómeno cada vez que se acerca a un proceso electoral. La campaña internacional contra el gobierno de Chávez tiene un solo objetivo: apoyar los esfuerzos de la oposición para sacar al Presidente venezolano del poder.
Es el mismo objetivo que ha promovido, e intentado justificar, golpes de Estado, sabotajes económicos, atentados terroristas, atentados de magnicidio, intervención electoral, guerra psicológica y un aumento desproporcionado en presencia militar estadounidense en la región durante los últimos ocho años. Para lograr su objetivo, que cada año les parece alcanzable, las agencias de Washington han gastado millones y millones de dólares de fondos públicos estadounidenses en los partidos políticos, campañas, candidatos y organizaciones políticas de la oposición.
Al mismo tiempo, los medios internacionales hacen su parte. Con sus titulares amarillistas y sus reportajes tergiversados, intentan acondicionar a la opinión pública internacional para que acepte cualquier acción o agresión contra Venezuela que sea necesaria para forzar la salida del poder de Chávez.
“Venezuela tiene la peor economía del mundo”, titula la revista financiera The Economist. “Caracas es más violenta que Irak”, alerta el New York Times, periódico que marca la pauta noticiosa para una mayoría de prensa mundial. “Venezuela tiene la cifra de homicidios más alta del hemisferio”, destaca la revista Newsweek, agregando, “La popularidad de Chávez está en el suelo”.
No importa que sus datos no corresponden a la realidad, ni que sus fuentes no son creíbles, publican sus notas sin importar la verdad – lo que les importa es proyectar una imagen del estado venezolano como fallido, forajido, desacreditado y aislado mundialmente.
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